los viajes de lulu

Un lugar para que nos comuniquemos todos, estemos donde estemos. Mal que bien, lo vamos haciendo LUcìa y LUcas. Y andamos viajando. Asì de simple. Y de complicado.

Sunday, February 18, 2007

Carnaval pacìfico

Pues de pacìfico tenìa poco el carnaval de La Paz... ciudad impresionante donde las haya, sumergida en un enorme hoyo, el centro en llano y el resto cuestas bien empinadas. Rodeada de la majestuosa cordillera andina que segùn dicen, se encuentra nevada todo el año. El pico màs alto, el Ilimani, estuvo cubierto de nubes hasta que estaba a punto de irme... de pronto se disiparon un instante y apareciò imponente en sus 6,000 metros y cubierto de nieve, como sus compañeras.

Como ya contè habìa algo de prisa por el billete de vuelta que ya està no tan lejos y pues hemos ido bajando mucho màs ràpido. Colombia fue, estoy de acuerdo contigo, Luquis, otra de las sorpresas increibles del viajes... tanto Cartagena de Indias como Medellìn tienen harta magia a su manera... pero de eso ya han leìdo y pues retomarè los pasos un poco màs abajo... en el Amazonas! Leti, ¿sabias que hay una ciudad en Colombia que se llama como tù?

El sueño hecho realidad... una de esas cosas que se dice uno en la vida, irè al amazonas... y claro, cuando estàs justo en el medio pues cuesta creèrselo. La primera vez que vi el rìo de rìos casi lloro de la emociòn... y eso que aùn no podìa imaginarme lo que eran las partes màs anchas. Y la selva, caminar por la selva...

Llegamos a la frontera entre Perù, Colombia y Brasil... una de esas divisiones que en el mapa se dibujan en el medio del rìo sin mucho sentido... y yo preocupada por los peces... que tienen que pasarlo mal todo el rato cambiando del español al brasileiro... y la lìnea a ellos no tiene que quedarles clara del todo. Un dìa fui a correr, empezè en Brasil y acabè en Colombia, bien curioso.

Nos quedamos en la parte brasileira por eso de probar la cachaza y bailar un poco de samba... se agradeciò despuès de meses de reggaeton, creànme. Acompañada de unas garotas de sao paolo bien chidas con las que luego me fui de fiesta, claro, nos adentramos en las comunidades, la selva, los pàjaros increibles, los loros con sus colores fuera de este mundo, los àrboles, siempre cambiantes, siempre increibles... salian por todas partes, por el rìo,de los troncos unos de otros... y las lianas colgantes por todas .. y las casas en los àrboles... y los delfines rosas... demasiado, todo era demasiado. Sin creerme el estar por ahi. De hecho aùn no me creo el haber estado.

Tres dìas con tres noches pasamos en un barco de carga con una hamaca como cama, navegando por el rìo de rìos... el espectacular paisaje, siempre cambiante, pasaba, o lo haciamos nosotros por èl y nunca dejaba de hipnotizar. El barco iba parando en cada pequeña comunidad y cargaba o mercancia o pasajeros o ambos. Era siempre un espectàculo llegar... desde pescado en hielo hasta toros, gallinas y cerdos pasando por plàtanos, palmitos, papayas, limones... cuando parecìa que no quedaba màs espacio, llegabamos a otro puerto y se subian otras veinte personas... y las hamacas acabaron colocadas encima de la puerta del baño, unas encima de otras... digno de ver. La selva contemplaba todo esto y nosotros a ella.

Al toro no le hizo ni puta gracia que lo metiesen en una jaula, claro, y lo sacaron a cubierta mientras lo rociaban de vez en cuando con agua... y el cerdo protestò todo el camino...y los pescados se descongelaron y olian regular. Y personajes todos los que subìan con los que compartimos largas plàticas, comidas, aprendizaje sobre el rìo, la selva....

El rio en la parte de Iquitos, Perù, està tan contaminado que ni siquiera se puede pescar en èl. La culpa segùn todos es de los americanos... y tienen razòn, contaminaron con una industria petrolìfera... cierto es tambièn que el barco no tenìa basuras y de los 300 que llegamos a ir en èl (el cupo màximo era de 80 pasajeros...), todos excepto tres, que eramos turistas, tiraron todo tipo de plàsticos al rìo... no era yo nadie para decir nada, aunque me doliese la ostia cada botella. Al menos los niños con los que juguè, que fueron muchos porque el barco estaba lleno de ellos, acabaron entendiendo aquello de que si se tiraban plàsticos, los peces se morìan ahogados... eran niños al fin y al cabo y pensè que era mejor ahorrarles el rollos del cambio climàtico... como consecuencia, me daban todos la basura, ya que sus madres se negaban a recogerla... enorme bolsa acabè bajando...

Y en el barco llegamos a Iquitos, ciudad que prometìa pero que decepcionò un poco... lo cierto es que el calor era tan sofocante por la mezcla de selva y contaminaciòn que sòlo se podìa subsistir pegada al ventilador...

Y llegò el turno de ciudades que repetirè y sobre las que les cuento màs adelante, Lima, desde donde agarro el vuelo, y Cusco, desde donde subo al Macchu Picchu en un par de semanas. Lucas, la segunda te va a encantar, es una de esas ciudades medio laberìnticas, donde cuanto màs andas por ellas, màs placitas y rincones increibles descubres... y las mujeres aimaras con sus aguayos, que son los pañuelos enormes llenos de colores donde llevan casi de todo, son dignas de ver con sus miles de colores y sus pieles increibles... y es que es un moreno medio dorado precioso el que tienen de tez... pero sòlo pasè un par de dìas sabiendo que volvìa y que querìa llegar a Bolivia asì que ya les cuento.

Pues ahora ando por el lago Titicaca, zona boliviana y mi misiòn en La Paz era de un dìa, conseguir dinero ya que por aquì no hay cajeros, desconociendo que era el dìa de los niños y que la tradiciòn es una continua guerra de agua y espuma que invade todo el centro.. donde estàn los ùnicos bancos y cajeros de la ciudad... y guerra era de todos contra todos, payasitos, leoncillos, brujillas, chinas, princesas, todas y todos armados de pistolas de agua, globos, en ocasiones cubos, tubos de espuma... y a muerte... ni dios saliò seco de ahì. Las montañas presenciaban el espectàculo como hacen todos los dìas en esa la capital màs alta del mundo.
Aùn encantandome La Paz, regresè al lago titicaca, cuya belleza me tiene embelesada y a cuyos atardeceres me he vuelto adicta. Dicen los de por acà que es normal, que le ocurre a todo el mundo. Ando por Copacabana, ciudad chiquita a las orillas del lago. El segundo màs alto del mundo... lo de la altitud a ratos pega en la cabeza medio raro pero en general se lleva bien.
Aprendiendo aimara pues la poblaciòn es aquì mucho mayor y està chido poder comunicarse en su lengua en el mercado... los mercados increibles que hay por aquì...

Mañana partimos a la isla del sol para acampar unos cuantos dìas con Patricio, un argentino y Liset, una bella damisela colombiana, màs gente increible que aparece viajando. Si en Nicaragua, y centroamèrica en general abundaban los turistas alemanes, yankies, ingleses, australianos, escandinavos, Bolivia està llena de argentinos, brasileiros y chilenos. Sobre todo en esta la època de sus vacaciones. Asì pues conociendo a un chingo de gente de los paìses con los que me voy a quedar con ganas de visitar pero a los que seguro vuelvo.

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