La torcida mexicana

¿Por qué estamos todavía en el DF? No tengo una respuesta retórica.
Pues una semana ha que bajé a echarme unas "retas" con los chamacos del barrio, y pues en una mala pisada me esguincé el tobillo. Así nomás, no tengo a quien echarle la culpa. Así que mi primer esguince fue nuestra llave que abría el mundo de las clínicas mexicanas, el trato de telenovela polarizante (eso sí forzaba el segundo mundo medio hacia el primer y tercer) con chofer y médico con pinta de mafioso. Y buf!, ahí sí tengo que bajar las orejas y dar las gracias a mi mamá por obligarme y al final, hacerme el seguro médico.
Y bueno, pues ando (en realidad no ando) con una férula, leyendo mucho y con bastante vida interior, al menos de casa. Y dos semanas sin apoyar el pie y dos meses de cuidado. En fín, Lucía se quedó también. Y yo era el segundo enfermo en la capital, pues se amplió el periodo de convalecencia de la cámara, y bueno pues Lucía, tan gentil, se quedó.
Pero en estas hemos descubierto los famosos tacos chupacabras, que abren de noche y tienen cierta fama de ser algo así como los guarros, pero en chilango. Aunque estaban pocamadre, hmmm. Por cierto, Lucía tenía pensado aparcar paulativamente su vegetarianismo, pero al final, no fue así. Lo enterró directamente con un taco de chorizo, y en el chupacabras, pues siguió con su mesura, con el especial de bistec, chorizo, cecina y 125 especias.
Y estamos pendientes del recuento, es bien curioso lo diferente que se vive por allá. Empezó hace dos días, y creemos que algo va a pasar pase lo que pase o lo que no pase. Estamos muy pendientes de la evolución, pero hay una energía muy buena, y bueno, pues hay precedentes, y hay algo en este país que tiende a la polaridad, y a los culebrones (buenos muy buenos y malos muy malos, mensajes blancos o negros), hablo de los poderes, no de la gente. La campaña antipiratería es increíble y un buen reflejo, que yo relaciono con todo, también lo noto en el doblaje de los simpsons, si lo comparo con el de españa, a ver si encuentro ejemplos y dejo de momento estas reflexiones sociológicas, que paso demasiado tiempo en casa.
Y hoy vamos a la lucha mexicana!, qué exótico, no?, pues, ya contaremos, la verdad es que apetece vivir ese ambiente. De momento vamos a tomar unos vodkas, ya tengo ganas de tomar partido de uno de los luchadores.
Este es el hijo del perro Aguayo, creo que vamos a verle a él, pero, ¿qué hacemos nosotros en la lucha?