Playas caribeñas y nieves

Pues nos movimos del D.F. y por circunstancias del destino (los profes oaxaqueños...) hemos acabado en Veracruz. Aunque ninguno de los dos haya estado, a ambos nos "recuerda" a La Habana... edificios coloniales desconchados por las brisas marinas... mar muy presente en todas partes... en el mar mismo también, por supuesto. Y hay incluso un malecón... por el que hemos paseado, siempre poco a poco y con múltiples paradas ya que Lucas está "aprendiendo" a andar. Y cada día se le dá mejor... estarían todos tan orgullosos de él como lo estoy yo

Aunque esto no es aún el Caribe, sino el Golfo, yo nunca había sudao más en mi pinche vida (y cierto que soy algo exagerada pero, en serio, sales de la ducha y a los cinco minutos ya estás sudando) ... y como continuo con mi rutina de correr pues he flipao... después de cuarenta minutillos, la camiseta, como si la hubiese mojado en agua; flipante.

Hemos tenido la suerte de topar con el festival Afro-caribeño de Veracruz, conciertillos al aire libre, exposiciones, charlas y cine africano, modos todos acojonantes de conocer influencias e historias de la cultural Veracruzana. Y entre paseos, música y nieves, que es como llaman aquí a los helados, hemos ido conociendo esta ciudad costera. De este modo y yo (ya que Lucas, si andar no puede, bailar menos...) bailando con los veracruzanos... y así conocí a David, algo prometedor que se quedó en nada por mi propia inercia, pero el chico muy galán, me regaló un ramo de flores considerablemente grande que nos esperaba en el hotel a la vuelta de uno de nuestros paseos... una sorpresa agradable, y yo, por educación, por las flores o por qué sé yo, pues le fuimos a ver a su concierto... porque el David en cuestión es guitarrista y, muy divertido, tocaron grandes clásicos de la música cubana. Pero no nos quedamos hasta el final porque... pues eso, por la inercia...

Las playas, de arena muy fina y el mar mucho más calmado que el loco pacífico así que por fín hemos podido nadar y saltar olas sin miedo a ser zambullidos. Y allá vamos, pa´ Chiapas, en camión, un viajecín de 10 horuelas que nos llevará a situarnos geográficamente en América Central y, muy emocionados y felices andamos con la idea. Abrazos para todos.

Nosotros somos nuestras circunstancias y nuestras circunstancias

Pues el Df es una secta, el muro de la ventura no sabía que era no era para no entrar sino para no salir!
Pues bueno, hace casi tres semanas, estábamos en la noche de nuestra partida a Oaxaca, y me esguincé. Pues bien, un rato de férula y reposo impuesto después, el viernes pasado fue el día elegido como el de-hoy-no-pasa. Así que, visto que casi no dolía, nomás un poquito hinchado, me doy una vueltecita por la clínica, que la tenía ya abandonada, y bueno, me abandonaron amí un rato en represalia kármica. Cinco horas y media despues de estar sentado enfrente de los culebrones (sí, acá es leti la fea, tenías razón), pues el médico me recococe un poquito. Me manda un gel, me quita la férula, me dice que ande, y que ocho días de reposo. Le digo que justo me estaba yendo a Oaxaca y me dice que ni modo. Negocio (aunque todos saben que yo no negocié, que sólo fui para ver si se rendía), y consigo rebajarlo, bajo mi pedo, claro, eso sí, nada, nadita de peso.
Así que ayer, ya era el momento de-hoy-no-pasa y elegimos viajar de noche a Oaxaca, para ahorrar una noche, total, llegamos a la estación y el pedo de los maestros (larga historia) se ha puesto bien cabrón, ya empezaron los tiros y los muertos, total, se suspende el servicio de autobús a la ciudad de Oaxaca hasta nuevo aviso. Cierra la estación, no hay albergues a estas horas provectas de la noche, y aunque Lucía se muere de verguenza, volvemos una noche más a casa.
Hoy, decidimos tomar el único autobús que lleva al pacífico relativmente cerca de Chiapas (me quedan algunos días de reposo impuesto, todavía), a Puerto escondido. Pero todo se puso tan jodido que hoy (justo hoy) suspendieron los viajes a todo el estado de Oaxaca. Pues bueno, discutimos, y estas señales, qué significan?
Por si acaso tienen algo en contra de Oaxaca, nos vamos esta noche a Veracruz. Esperemos...

La torcida mexicana

¿Por qué estamos todavía en el DF? No tengo una respuesta retórica.
Pues una semana ha que bajé a echarme unas "retas" con los chamacos del barrio, y pues en una mala pisada me esguincé el tobillo. Así nomás, no tengo a quien echarle la culpa. Así que mi primer esguince fue nuestra llave que abría el mundo de las clínicas mexicanas, el trato de telenovela polarizante (eso sí forzaba el segundo mundo medio hacia el primer y tercer) con chofer y médico con pinta de mafioso. Y buf!, ahí sí tengo que bajar las orejas y dar las gracias a mi mamá por obligarme y al final, hacerme el seguro médico.
Y bueno, pues ando (en realidad no ando) con una férula, leyendo mucho y con bastante vida interior, al menos de casa. Y dos semanas sin apoyar el pie y dos meses de cuidado. En fín, Lucía se quedó también. Y yo era el segundo enfermo en la capital, pues se amplió el periodo de convalecencia de la cámara, y bueno pues Lucía, tan gentil, se quedó.
Pero en estas hemos descubierto los famosos tacos chupacabras, que abren de noche y tienen cierta fama de ser algo así como los guarros, pero en chilango. Aunque estaban pocamadre, hmmm. Por cierto, Lucía tenía pensado aparcar paulativamente su vegetarianismo, pero al final, no fue así. Lo enterró directamente con un taco de chorizo, y en el chupacabras, pues siguió con su mesura, con el especial de bistec, chorizo, cecina y 125 especias.
Y estamos pendientes del recuento, es bien curioso lo diferente que se vive por allá. Empezó hace dos días, y creemos que algo va a pasar pase lo que pase o lo que no pase. Estamos muy pendientes de la evolución, pero hay una energía muy buena, y bueno, pues hay precedentes, y hay algo en este país que tiende a la polaridad, y a los culebrones (buenos muy buenos y malos muy malos, mensajes blancos o negros), hablo de los poderes, no de la gente. La campaña antipiratería es increíble y un buen reflejo, que yo relaciono con todo, también lo noto en el doblaje de los simpsons, si lo comparo con el de españa, a ver si encuentro ejemplos y dejo de momento estas reflexiones sociológicas, que paso demasiado tiempo en casa.
Y hoy vamos a la lucha mexicana!, qué exótico, no?, pues, ya contaremos, la verdad es que apetece vivir ese ambiente. De momento vamos a tomar unos vodkas, ya tengo ganas de tomar partido de uno de los luchadores.
Este es el hijo del perro Aguayo, creo que vamos a verle a él, pero, ¿qué hacemos nosotros en la lucha?

Sobre revoluciones sociales, lluvias tropicales y granizo

Varias aclaraciones sobre lo escrito hasta ahora en este blog... especialmente para Yair... al que parece que no le queda demasiado claro a dónde vamos ni con quién. Pues resulta que hasta ahora hemos estado viajando con Antonio, un amigo mío desde la primera vez que vine a este país, a la tierna edad de diecisiete años... pues con él hemos estado quedándonos en el D.F (Distrito Federal, capital de este enorme país), con él fuimos a Morelia, en el estado de Michoacán y, con él fuimos a Jalisco y al campamento tortuguero... donde él hizo su tesis doctoral... que resulta que Toño es también antropólogo especializado en zonas costeras en general y campamentos tortugueros en concreto.

Una vez aclarado esto, pasaré a medio resumir los últimos días en el D.F. Ibamos a quedarnos un par de días pero ya va para la semana. Nos vamos aclimatando a esto de la altitud, que al principio nos costó un poquito... prueba de ello es que hemos empezado a hacer deporte. Cada uno a lo suyo y Dios en todas partes (como diría mi abuela). Así pues, Lucas juega al fútbol con los niños del barrio, los cuáles le llaman "español", él encantado... y ellos más porque por lo visto mete muchos goles. Y yo, pues me he conseguido una bici y vuelvo a mi pedalear urbano que, aquí en el D.F. es más jodido que en Londres, que ya es decir. Nadie respeta nada y menos a los ciclistas... pura adrenalina. Y anoche fue la ostia... Ya comentamos que las lluvias tropicales son más que lluvia y anoche nos tocó una cuando ibamos en bici Toño y yo a un encuentro de bicis al que nunca llegamos. Antes de salir, había granizado... el granizo era más bien cubitos chiquitos... que crujían al pasar con la bici (con suerte para mí, de ruedas anchas; de montaña) Pasados diez minutos las calles eran riachuelos en potencia, diez más y en ciertas partes, eran el mismo nilo. Al torzer una esquina, el agua nos llegaba hasta las rodillas... y no paraba de llover... y al haber granizado, el agua estaba jodidamente fría. Y con los pies helados y calados hasta los huesos, conseguimos, poco a poco, llegar a casa. En el camino nos encontramos con varios tuneles que fueron túneles y ayer, por una noche, fueron ríos. ¿Recuerdan aquella canción de Guadalajara en un llano, México en una laguna?... pues ayer era la laguna misma, con hielito por encima... como comprenderán, no tengo ninguna foto del evento... y menos mal, porque de haberme llevado la cámara, se habría calado tanto o más que mi ropa.

Y hoy Lucas ha vuelto a jugar al fútbol y yo me he ido en bicicleta hasta el Zócalo. Sabrán y si no lo saben pues dénse por enterados, el PRD (el partido más izquierdoso) perdió las elecciones de modo injusto... ya les hablamos del pinche fraude... pues el caso es que han tomado tanto el Zócalo como una de las avenidas principales. La organización es acojonante. El Zócalo es como un mini fiestas del PCE en Méxicano. Todas los estados tienen su carpa y luego hay un escenario gigante donde la gente va cantando, actuando... todo un poco improvisado... el resto del tiempo es micrófono abierto y la gente habla de esto y aquello, sobre todo de política, del poder del pueblo y de cómo quieren y saben que Obrador, el líder de la izquierda, ganó la elección y los pinches panistas, de izquierdas, se la robaron. Fue Obrador mismo quien les pilló a todos (a nosotros incluidos, ya que estabamos en la manifestación) por sorpresa el domingo en la super manifestación al pedírles que se quedasen y lo organizó todo ahí mismo, dónde debía ir cada distrito del D.F, cada estado... la primera noche no tenían ni sacos de dormir... hoy, como ya he apuntado, es una mini ciudad. Tienen su hospitalillo, millones de actividades, encuentros, charlas... lo acojonante es que todo está saliendo de la gente... ellos se organizan poco a poco, ellos crean, ellos sonríen... porque todos, sobre todo, sonríen, y creen que se recontarán los votos. Y es la ostia observarles. Entre las millones de cosas que se crean y ocurren cada día, cabe destacar un enorme mosaíco en el suelo hecho con serrín donde se puede leer: OBRADOR PRESIDENTE. Todo lleno de colores. Hay campeonatos de ajedrez, canciones que se van componiendo, dibujos murales de los niños, poemas colgados de los árboles en una avenida, llamada Reforma, que seguro que está muy contenta de estar llena de tiendas de campaña y gente sonriendo en vez de los millones de coches a los que está acostumbrada. Sobre todo se respira esperanza, entrega y entusiasmo.

Y pues, a parte de ir para el Zócalo y la avenida de Reforma al menos una vez al día, llevamos unos días descubriendo esta enorme urbe, cada uno por su cuenta y a trozos juntos. Lucas quería descubrir Coyoacán, donde yo ya había pasado un chingo de tiempo la última vez (por cierto, Alex, se disculpa por no tener foto de la casa de Frida Kahlo). Y yo ando descubriendo el arte mexicano del último par de siglos e inmersa en bibliotecas y archivos acojonantes... a trozos me tira mi lado académico... aprendiendo e investigando.

Y parece que ya partimos prontito, mañana o pasado, para Oaxaca. El motivo de la tardanza ha sido por esperar a una amiga de Lucas que vive en Puebla, a la que queríamos ir a visitar, y la que no acababa de escribir...

Y de todo el cambio social, la masiva manifestación y el Zócalo transformado, tenemos hora y media grabada. Cuando consiga comprimirlo, mandaremos torzitos. Un chingo de besos y abrazos para todos.

tortuguitas

En el campamento se recogen, se cuentan los huevos, se rellena una pequeña ficha, y se plantan imitando la forma en que lo hacen las tortugas, la verdad es que yo lo hacía mucho mejor, donde vamos a parar. En unos 90 días salen.
Fuimos los primeros que vimos unos rezagados, tres, de una camada. Normalmente salen unos 80. Los bautizamos como Raphael, Donatello y Michelangello. Este es Raphael, el favorito de Lucía.




Tienen que llegar al mar, sobreviven alrededor del 1%. Como queríamos creer que sobrevivirían los tres, pues nos lo creímos. Acá lucía daba ánimos a Rapha, que iba hacia el mar.










las tortugas suelen salir por la noche. Tomamos una moto por los 10 kilómetros de playa virgen y a ganar la partida a los hueveros. Por la noche escomo un viaje cósmico, te sientes solo bajo las estrellas, frente al mar salvaje. Hay un tipo de placton que brilla, fosforescente, parece que hubieran millones de estrellitas, es dificil de explicarlo sin ser cursi. En fín, esta es la playita.

Ver las tortugas salir, buscar y desovar es casi religioso. Cuando desocan, respolan, gimen, se retuercen, y al final lloran. Después vuelven al mar, les damos la enhorabuena y para el campamento...

Vaya días, en fín, me reclaman el ordenador, que estuvo muy bien, eso sí, más de una semana sin ducharnos con jabón, toda la ropa sucia, unas cien picaduras, es la selva baja de Jalisco. Eso sí, estuvo muy bien eso de llenar nuestros días de cocos, palmeras, iguanas, colibries, cocodrilos, arena, cangrejos gigantes, ermitaños...por cierto, vivimos un huracán, el huracán Emilia, y también una tormenta tropical. Y en fin, más horas en coche, y a volver a Guadalajara, Morelia, y el Df...Pinche coche!

playas salvajes, bajo los cocoteros

Y ya sí, dejamos las ciudades, tras una breve escala en Guadalajara (fui Lucasguada, qué bien me queda!), en la que: 1- la cámara de Lucía enfermó y cedió el poder a su hermana,la de Toño (no hubieron manifestaciones de júbilo en ningún lugar, aunue sí llamadas a la prudencia) y 2- puede felicitar con llamada local a Bernardo por la boda de su hermana, queda pendiente una chela en algún lado del atlántico, ya sí, y con emociones en la panza, pisamos el suelo sin asfaltar de Tomatlán, un pueblito de pescadores, en la que una cooperativa de pescadores buenísima onda (roca negra) llevan el campamento tortuguero de Mahaguas.
Allá Toño saludaba a la gente, y contaban anécdotas como que el día anterior un cocodrilo tomó la plaza y lo echaron entre todos. Lucía y yo éramos dos niños hiperactivos, masacrados desigualmente, casi discriminadamente por los mosquitos. Para llegar al campamento hay que cruzar el río, creo que se llama Tomatlán también. Nos cruzaba en su lancha a motor Don Jose, un septuagenario bien curioso, al llegar al lugar acordado, Don José no se presentó, después le dijo a Toño que estaba muy borracho, que comía algo y nos llevaba (así, tan normal). Y, al llegar, así se veía el mundo desde la hamaca.



Y mira Carlos, la postal que he logrado de Lucía, en una hamaca y con un coco, (qué buenos cocos para desayunar!), tumbada a la bartola, coqueteando con tu pecado capital



El campamento se montó en 1985. En los 50 empiezan a exterminarse las tortugas masivamente (consumo, mercado...), en los 80 empiezan a intentar controlarlo. Con el beneficio del ecoturismo, algunos intentan trabajar en esta dirección, ese es, resumidísimo, el papel del campamento. La mayoría de los voluntarios, que no sólo no cobran sino que pierden dinero, on pescadores, ganaderos, agricultores, hay muchos ex-hueveros. Aún hay muchos hueveros, que vienen a robar huevos.
El agua viene del mar, quiero decir, la del grifo, baño, la de fregar, la de lavarse los dientes, no hay cobertura ni electricidad, un placer estar fuera del mundo.

Nosotros con ganas de ver tortugas. A un lado, el río, con cocodrilos, al otro el mar, y allá en el frente, pues una semanita de retiro, que no nos buscasen.